Muchas son las personas que ya no tienen a sus madres en este mundo y llegan hasta los cementerios para recordarlas y agradecerles por sus acciones en vida.
Desde hace 30 años, cada 30 de mayo, Martha Ninoska Luna visita religiosamente el Cementerio Periférico para honrar a su madre, que ya partió de este mundo, pero dejó recuerdos imborrables en su familia y seres queridos.
En este Día de la Madre esta acción no podía ser diferente y aunque Doña Martha Ninoska quisiera abrazarla llega a rezar sus plegarias con un hermoso arreglo floral para la ocasión.
«Ella nos enseñó los valores y a cómo conducirnos de forma correcta en la vida, cosas que nosotros le inculcamos también a nuestros hijos y ellos a nuestros nietos», dijo Luna en un mar de llanto y con la voz entrecortada cuando se le pregunta sobre cómo recuerda a su mamá.
Finalmente Doña Martita aconsejó a esas personas que tienen con vida a sus seres queridos que los amen, respeten y le den todo en vida.