El fervor religioso se vivió una vez más en el barrio indígena Sutiaba con las alfombras pasionarias que cubren las calles de ese barrio, donde promesantes, religiosos y turistas extranjeros se reúnen para apreciar la elaboración de las alfombras que este año son dedicadas a la paz.
«Es un placer tener a tanta gente aquí para dar a conocer esta tradición a toda Nicaragua. Esta tradición tiene tres generaciones en mi casa. Recuerdo que antes se hacían con cuero de ganado que era tejido y puesto en una calle de tierra, pero ya hoy vemos la creatividad, los colores y muchos materiales que embellecen», dijo la promesante Jamileth Cortés.
Cada alfombra es hecha con amor y devoción por generaciones de familias que con el paso de los años han adaptado nuevos elementos para decorar. Dentro de estos encontramos flores, arroz, harina y palomitas de maíz.
