Correr, chiflar, estar atenta y hasta gritar es lo que a diario a vivido durante los últimos 35 años de su vida Doña Cándida Rosa Guzmán Ortiz, de 56 años de edad, quien se dedica a vender Lotería en las afueras de esa Institución.
Su pegue no es nada chichi pues le toca aguantar sol, lluvia y hasta malas contestaciones de algunos clientes.
Antes de abordarla para conocer un poquito de su historia, se observa una mujer muy activa, haciendo malabares y que pese a su edad no se amedranta y demuestra que sigue quemando sus cartuchos.
Con tan solo 19 años de edad, siendo soltera y sin hijos se metió a ese negocio por curiosidad y desde entonces le agarro sabor al traqueteo, expresó.
Doña Candidita, está segura que para ese negocio se necesita de mucha paciencia y corazonada para motivar a los clientes a buscar su número de la suerte.
Guzmán Ortiz, salió adelante con sus cinco hijos gracias a la venta de Lotería. Sus muchachos le piden que ya no se exponga más, que ya le toca descansar porque ya se sacrifico mucho.
Sin embargo la concesionara no da tregua y sigue siendo tan activa como el primer día…”El trabajo nos hace útil y aunque ya crie y encamine a mis hijos prefiero defenderme con la venta de la Lotería y no ser una carga para nadie”, puntualizó Doña Cándida Rosa.