La Compañera Rosario Murillo Zambrana, Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, destacó la paz como un patrimonio que debemos proteger en Nicaragua, en un mundo que está siendo acosado y asaltado por fantasmas que han venido siendo creados producto de las guerras y las crisis propias del sistema.
En declaraciones posteriores a un encuentro que sostuvo el Presidente Daniel Ortega con su homólogo salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, en Managua, la Compañera abordó los temas que estaban siendo tratados por los mandatarios.
La Compañera afirmó que “es una agenda de trabajo para fortalecer esos vínculos de cooperación, esos vínculos de amistad y solidaridad en todos los temas que se van abordando desde el SICA. Temas de alta sensibilidad: educación, producción, el ambiente, naturaleza. Todo lo que también como Sistema aportamos a cada uno de los encuentros mundiales que se realizan, como este en París, que ahí también se discutió, una posición común de América Central, de la región; y el tema de la seguridad, que es una preocupación, una prioridad para las familias de la región y en todo el mundo”.
Precisamente, sobre el tema del fortalecimiento de la paz, la seguridad y la tranquilidad, Rosario aseguró que “hoy más que nunca se ve como la altísima prioridad de los pueblos, de los gobiernos, de los Jefes de Estado, de los mandatarios”.
“Porque la verdad es que, como expresaba ayer (viernes) al embajador de Francia, temprano cuando le llamamos (…) le decía al embajador que desgraciadamente este es un mundo en el que difícilmente se puede encontrar tranquilidad o serenidad. Un mundo que está acosado y asaltado por sus propios fantasmas. Porque son fantasmas que han venido siendo creados, y que ahora nos azotan, y ahora nos acosan a la humanidad entera. Es decir, estamos frente a peligros extremos en continentes como el continente europeo, donde usualmente se vivía antes en condiciones de bienestar y seguridad”, reflexionó la Compañera.
“Se ha venido descomponiendo la vida para muchas personas, para muchas familias en ese continente, por las distintas crisis propias del sistema. Y se ha venido alterando completamente esa tranquilidad, esa seguridad y ese derecho a la vida”, agregó.
“Condenamos la barbarie. Y también reflexionamos mucho nosotros, como pueblo, como familia, como decía nuestro Comandante, sobre lo que hay que hacer para cuidar la paz. En el caso de Nicaragua, donde hemos venido saliendo de crisis dolorosísimas y hemos alcanzado tranquilidad, seguridad, paz, ¡cuidar la paz todos los días! Cuidarla como el principal tesoro, el patrimonio, que tantos nicaragüenses que ofrendaron sus vidas para que tuviéramos paz, tranquilidad, y rutas de fortalecimiento de nuestras capacidades; es decir, trabajo”.
“Es un día de dolor, de duelo, de sentimientos de pérdida. Todos nos sentimos conmovidos. Y al mismo tiempo son días en que recordamos tantas pérdidas en el mundo entero producto de las guerras. El comandante mencionaba, esas familias enteras que en celebraciones de bautismo, en celebraciones de matrimonio, han perdido la vida como resultado de distintas acciones bélicas. Un mundo en el que hemos visto ciudades, en tantos continentes, asoladas por la guerra. ¡Cuánta gente, cuánto dolor, cuánto sufrimiento! El día de ayer recordábamos precisamente las pérdidas, el dolor, el sufrimiento, de millones de seres humanos en todo el mundo. Y sabemos que debemos luchar por la paz”.
Sobre la agenda de este encuentro, la Compañera afirmó que “es una agenda de trabajo para fortalecer esos vínculos de cooperación, esos vínculos de amistad y solidaridad en todos los temas que se van abordando desde el SICA. Temas de alta sensibilidad: educación, producción, el ambiente, naturaleza. Todo lo que también como Sistema aportamos a cada uno de los encuentros mundiales que se realizan, como este en París, que ahí también se discutió, una posición común de América Central, de la región; y el tema de la seguridad, que es una preocupación, una prioridad para las familias de la región y en todo el mundo”.
“Sabemos que hay que unir voluntades, capacidades, ¡todos los esfuerzos posibles! Sobre todo quienes tienen más posibilidad en el mundo hoy de decidir por la paz, decir no a la guerra”.
La Compañera señaló que los pueblos tenemos “la responsabilidad de exigir que se decida por la paz y que se detenga la guerra en cualquier parte del mundo. Y que podamos recuperar ese sentimiento de tranquilidad, o de bienestar como resultado de la tranquilidad, en todas partes. Porque esa es, quizá, la principal pérdida en el modo de vida y en la cultura actual en el planeta: esa tranquilidad, esa posibilidad de sentirnos bien, de sentirnos seguros”.
Rosario aseguró que en Nicaragua la paz es un lujo y una bendición que tenemos que cuidar “porque de esa tranquilidad, de esa paz, de esa estabilidad, de esa gobernabilidad, depende también el progreso, la prosperidad, el avance material, las posibilidades de trabajar, de avanzar, de prosperar, como decimos las familias nicaragüenses”.