50 años de vida episcopal, promoviendo amor y paz en Nicaragua

Este 31 de marzo, Nicaragua entera celebra el 50 aniversario de la ordenación episcopal de Su Eminencia Reverendísima Cardenal Miguel Obando Bravo, un hombre de Dios que a sus 92 años de vida, sigue siendo un baluarte y promotor de la paz y la reconciliación de las familias nicaragüenses.

Fue en marzo de 1968, 10 años después de su ordenación sacerdotal, que aquel hombre humilde y amante de la palabra de Dios, originario del municipio de La Libertad, Chontales, recibe de parte de Monseñor Marco Antonio García y Suárez, su ordenación episcopal y con ello su nombramiento como obispo auxiliar de la Diócesis de Matagalpa.

El Cardenal Miguel Obando Bravo a lo largo de su vida pastoral ha dejado huellas inmensas de amor al prójimo, un ejemplo de vida religiosa y entregada a los más humildes. Su tenacidad por ver una Nicaragua en Paz y Reconciliación, lo llevó prácticamente a recorrer todo el país en aquellos años en que Nicaragua vivió momentos difíciles, primeramente auxiliando y llevando consuelos a las víctimas del terremoto del 23 de diciembre de 1972.

Forjador de Nuevos Tiempos

El líder católico consciente del sufrimiento de un pueblo, recorrió las calles de las zonas devastadas por el terremoto, se le vio con sus hábitos sacerdotales lleno de polvo,  auxiliando y dando las absoluciones a las víctimas del desastre.

Posteriormente también se le vio en muchos momentos mediando entre la dictadura somocista y los guerrilleros revolucionarios del FSLN, que luchaban por una Nicaragua en paz, sin opresión. El trabajo pastoral del Cardenal Obando durante los últimos 50 años ha sido fundamental, para que Nicaragua viva Nuevos Tiempos de Paz, de Desarrollo, de Tranquilidad y de Bienestar.

Monseñor Eddy Montenegro, un amigo y colaborador de muchos años del Cardenal Miguel Obando, resalta su figura, subrayando que su misión evangelizadora trascendió más allá de las iglesias y es ahí donde su “legado de amor se vuelve gigante”.

“Todos los acontecimientos que como pastor le tocó vivir en esta Nicaragua nuestra, con situaciones bien difíciles y me imagino que él respondería, que hizo lo que tenía que hacer y lo que le indicaba el ministerio al cual había sido llamado, no solamente como presbítero, sino como obispo y le tocó ser luz en los momentos en que tenía que iluminar con su testimonio de pastor y también como testigo de Cristo en ese mundo tan cambiante que le tocó vivir, con muchas manifestaciones dolorosas de la naturaleza, entre ellos el terremoto, sequias, y las guerras que devastaron al pueblo nicaragüense”, recordó Montenegro.

Un gran capitán que supo conducir la nave

Monseñor Eddy afirma con mucha certeza, que esa etapa de mediador y reconciliador de las familias nicaragüenses, marcó la vida pastoral y espiritual del Cardenal Obando, quién siempre llevando a Dios adelante, logró disminuir las tensiones y más derramamiento de sangre entre los hermanos nicaragüenses.

“Le tocó tiempos muy movidos, alguien le dijo una vez, que le había tocado ser capitán de un barco que tenía muchos momentos, grandes olas que enfrentar y fue un buen capitán, porque supo conducir la nave, no solo de la Arquidiócesis, sino también con su testimonio, con la mediación, la nave de la nación nicaragüense”, destacó Montenegro, que también reconoce que las familias y las autoridades nacionales, han brindado su cariño y afecto al líder católico.

50 años de caminos de amor

Y ese amor infinito que le tiene el pueblo nicaragüense, también se lo manifiesta la Congregación Siervas Misioneras de Cristo Rey a través de su superiora Sor Martha Jerez. Asegura que el Cardenal Obando está revestido de una “gracia especial” y solo así se entiende como su labor pastoral ha dejado un legado de fe, de amor y de paz.

“Hemos observado como congregación que, con mucha sabiduría, Su Eminencia aprendió a escuchar la voz de Dios para el pueblo de Nicaragua y podemos ver que en los momentos difíciles, no se ve a un colaborador de Dios lleno de angustia, impaciente, sino que es aquel hombre sabio que sabe dar el consejo en el momento propicio”, dijo Sor Martha.

Una virtud que hace grande ante Dios al Cardenal Miguel Obando, es que siempre ha sido un hombre cercano al pueblo, atento a las peticiones de las familias. “Durante esa etapa difícil que le tocó ser mediador, el pueblo siempre lo arropó, lo protegió”, cuenta Montenegro.

“Nunca fue un hombre que miró de largo al pueblo, siempre fue cercano, siempre llenó de palabras que fortalecieron a muchas familias, a una nación, y ahora él que está retirado, en la presencia de ese Dios que lo acompaña, se ve un hombre realizado, un hombre que goza aún de esa presencia de Dios, a través de sus palabras, de su sencillez y puedo decir que esos 50 años de vida como obispo, han sido bien vividas porque Dios ha estado con él”, refiere Sor Martha.

Sor María Auxiliadora Aburto dijo que las Siervas Misioneras de Cristo Rey, le tienen un afecto inmenso al Cardenal Obando, porque siempre ha estado en los momentos más importantes de esta congregación.

Legado de servicio y humildad

“Hemos conocido su historia a través de los libros, pero sobre todo a través de las experiencias de las hermanas mayores. Lo queremos mucho en la congregación y nos ha dejado un legado muy importante como es el servicio y la humildad ante todo”.

El padre Juan Carlos Romero, de la Parroquia Cristo Rey en el barrio Reparto Shick, subrayó que el episcopado del Cardenal significa mucho para Nicaragua, porque fue hecho en un contexto histórico y social muy difícil que pasaban los nicaragüenses, con una dictadura somocista que no respetaba al pueblo.

“Su nombramiento marcó una pauta en nuestra sociedad y en nuestra iglesia, porque se sintió la cercanía de un pastor, de un gran hombre de humildad, de cariño, de formación a como siempre ha sido el señor Cardenal Miguel Obando. Para Nicaragua su nombramiento fue una gran alegría, para nuestra iglesia ya no se diga, porque esto nos hacía sentir acompañados de una gran persona, el Cardenal sigue brillando para nosotros. No se puede entender la historia de Nicaragua sin ver la presencia del señor Cardenal Miguel Obando Bravo”, reflexionó el padre Romero.

Y esa cercanía con el pueblo que siempre caracterizó a Su Eminencia, lo resalta el hecho de que la juventud siempre encontró en su palabra, un mensaje de fe, de apoyo espiritual y de ánimo.

El joven Daniel Gaitán ha trabajando con el Cardenal Miguel Obando en los últimos años desde la radio cristiana Estrella del Mar, donde también el guía espiritual llevaba su mensaje por medio de las ondas hertzianas.

“Siempre le veo con una entrega total a lo que abrazo él desde un principio, salió de la Libertad con un propósito que talvez no sabía y el Señor lo condujo a ser un obispo, incluso hasta Cardenal de la Iglesia Católica y su ejemplo, no hablemos de su episcopado, sino también como persona, se ha transformado en entrega total, como humano, como sacerdote, como religioso y como obispo”, dijo Gaitán.

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