“Desgraciadamente, mi padre no asistirá a nuestra boda. Siempre he querido a mi padre y espero que se le dé el espacio que necesita para concentrarse en su salud”, dijo la prometida en un comunicado difundido por el palacio de Kensington, al referirse a su padre Thomas Markle, de 73 años.
Con ello, la exactriz puso fin a una serie de rumores sobre la asistencia de su progenitor en la ceremonia que se realizará este sábado.
“Me gustaría dar las gracias a todos los que me ofrecieron generosos mensajes de apoyo. Por favor, sepan lo mucho que Harry y yo deseamos compartir nuestro día especial con ustedes”, concluyó Markle en su breve comunicado.
A statement from Ms. Meghan Markle: pic.twitter.com/TjBNarmuBU
— The Prince and Princess of Wales (@KensingtonRoyal) May 17, 2018
Meghan no reveló si el padre fue operado del corazón, como afirmaron medios estadounidenses, los que destacaron que médicos pudieron solventar una grave obstrucción arterial, así como prevenir futuros problemas circulatorios con la implantación de tres cánulas en las arterias coronarias.
“Estoy bien, aunque me llevará mucho tiempo curarme del todo. Me quedan unos cuantos días más en el hospital y ahora mismo no se me permite emocionarme mucho. Odio la idea de tener que perderme uno de los momentos más importantes de la historia y no poder llevar a mi hija al altar. Me hubiera gustado formar parte de este momento histórico”, publicaron medios de farándula.
Ahora hace falta saber quién llevará al altar a la novia, y todo apunta a que lo hará su madre Dora Ragland, que tenía previsto llegar este jueves al Reino Unido para asistir a la ceremonia.
