Las autoridades de Pakistán elevaron a 40 el número de personas fallecidas por las fuertes lluvias que azotan el territorio y las inundaciones repentinas que se han producido como consecuencia del inicio de la temporada de monzón a comienzos de esta semana. Entre las víctimas se cuentan 18 niños, una cifra que duele profundamente.
La situación se ha agravado de manera alarmante en las últimas horas. Solo en las últimas 36 horas, las autoridades de gestión de desastres han notificado la muerte de 19 personas, incluidos ocho niños. De estas víctimas, 13 perdieron la vida en el valle de Swat, ubicado en el noroeste del país, según han informado medios paquistaníes.
Esta cifra demuestra la velocidad con que se está desarrollando esta tragedia natural. Las lluvias del monzón, que normalmente traen alivio después de meses de calor intenso, se han convertido en una pesadilla para miles de familias paquistaníes que han visto cómo el agua destruye sus hogares y se lleva la vida de sus seres queridos.
Una de las tragedias más desgarradoras ocurrió cuando las autoridades informaron del fallecimiento de al menos 7 personas y la desaparición de otras 11 en el valle de Swat a causa de la crecida del río que lleva el mismo nombre.
Según los servicios de emergencia, todas las víctimas eran miembros de una misma familia que se encontraban en la orilla del río cuando fueron sorprendidos por una repentina crecida causada por las fuertes lluvias registradas río arriba durante las horas previas.
Un superviviente, también miembro de la familia afectada, relató con dolor los momentos previos a la tragedia. Según su testimonio, estaban desayunando y tomando té en la zona, situada en la provincia de Jáiber Pastunjua, cuando tuvo lugar la crecida que los pilló completamente por sorpresa.
En cuestión de minutos, lo que era un momento familiar tranquilo se convirtió en una lucha desesperada por la supervivencia.
La tragedia no se limita al valle de Swat. Al menos 15 personas más, ocho de ellas niños, han muerto en la provincia de Punjab, también en el noroeste del país, desde el miércoles como consecuencia de derrumbes de techos y paredes producidos durante las tormentas.
Estas muertes muestran cómo las lluvias intensas no solo causan inundaciones, sino que también debilitan las estructuras de las viviendas, muchas de las cuales no están preparadas para resistir este tipo de fenómenos meteorológicos extremos.
Los derrumbes de techos y paredes son especialmente peligrosos porque ocurren sin previo aviso. Las familias que buscan refugio en sus hogares durante las tormentas pueden encontrarse atrapadas cuando las estructuras ceden bajo el peso del agua acumulada o por el debilitamiento de los materiales de construcción.
En Karachi, la ciudad más poblada de Pakistán ubicada en la sureña provincia de Sind, se han reportado hasta el momento 6 muertos en incidentes relacionados con la lluvia. Esta cifra demuestra que el impacto de las lluvias monzónicas se extiende por todo el país, afectando tanto las zonas rurales como las grandes ciudades.
El servicio meteorológico nacional ha alertado de que el riesgo de lluvias fuertes continuará siendo elevado al menos hasta el martes, lo que significa que la pesadilla podría prolongarse varios días más. Con esta perspectiva, también se mantiene alta la posibilidad de que se produzcan más inundaciones repentinas en diferentes partes del país.