Clarinero Mayor, Creador y Padre del Son Nica, Héroe de la cultura, Compositor, Artista, Intérprete célebre e inmortal, con estos y más adjetivos ha sido calificado don Camilo Zapata, uno de los hombres más grandes de la música nicaragüense que este 25 de septiembre cumple 100 años de haber nacido en esta tierra de lagos y volcanes.
Aunque él no está presente físicamente, continúa y seguirá presente entre los nicaragüenses a través de su música, que perdurará a través de las generaciones que la conozcan, la canten y la bailen.
“Flor de mi Colina”, “Caballito Chontaleño”, “El Solar de Monimbó”, “Minga Rosa Pineda”, “La Juana Ignacia”, “Cara al Sol”, forman parte del repertorio musical que suman alrededor de 600 composiciones de diversos géneros, destacando el Son Nica, convertido en la identidad cultural de Nicaragua.
Nacido un 25 de septiembre, pero del año 1917, desde muy niño aprendió a tocar la guitarra y a tan solo 14 años, compuso su primera canción: “Caballito Chontaleño”, la cual hizo sin conocer Chontales y con ella nace el Son Nica.
Autodidacta de la música
Y es que don Camilo era un autodidacta de la música, pues él nunca supo lo que es la música formal con partituras. Escribía las letras de las canciones y les daba la música solamente guiado por su instinto, y de eso salieron grandes creaciones musicales alegres que se disfrutan entre los nicaragüenses.
“Muchos autores cantan mejor las canciones de mi padre. Pero el sentimiento que él le ponía a la música era lo que les daba valor a sus interpretaciones, no tanto su voz. La voz de mi padre no era una gran voz, pero era una voz muy sabrosa”, expresa su hijo Rodolfo Zapata.
Wilmor López, investigador cultural, señala que don Camilo es un prodigio y una dicha para Nicaragua, pues no era un músico de lectura, sino de cabeza, “él hacía primero la música y después la letra”.
Y con ello se destaca la fineza que expresaba en sus temas, con ese doble sentido sano y de erotismo, un don que Dios le brindó y de cierta manera, también fue una música de protesta social como “El Arriero”, por la explotación a que eran sometidos los campesinos por los patrones al hacerlos trabajar por nada.
El vals “Cara al Sol” fue una de las canciones más exitosas y fue inspirada en su musa principal: su esposa doña Lila Quiñonez, con quien estuvo casado 40 años y procreó 4 hijos: Camilo, Rodolfo, César y Gustavo.
También tenía de musas a amigas, novias y enamoradas que lo inspiraban, así como amigos. De los personajes, según Wilmor éstos fueron inventados, “para salir del paso él a veces decía que eran personajes conocidos”.
Gran homenaje
El Teatro Nacional Rubén Darío rinde homenaje a la identidad cultural de la música nicaragüense con dos presentaciones, 24 y 25 de septiembre, en ocasión de cumplir 100 años de nacimiento del Clarinero Mayor.
La familia Zapata – Quiñonez se muestra agradecida y reconoce el esfuerzo del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, artistas nacionales y amigos para la realización de estas presentaciones, en espera que la celebración sea perenne.
“Yo pienso que estos son los primeros 100 años que vamos a celebrar del Son Nica, porque tiene que haber muchos 100 años más, para que el pueblo de Nicaragua pueda contar con esta música para siempre”, señala Rodolfo.
Una excelente noticia para Nicaragua es que, a partir de este mes, la música de don Camilo Zapata ha sido cedida al Buen Gobierno Sandinista por parte de la familia Zapata – Quiñonez. De ahora en adelante la Propiedad Intelectual y derechos de autor de la música del Son Nica, son del pueblo.
“Es una música que le fue legada, que le fue entregada al pueblo, a la nación nicaragüense, y ahora al Gobierno de Nicaragua para que sea utilizada como mejor convenga a los intereses de la nación nicaragüense”, refiere Zapata Quiñonez.
“Le pertenece al pueblo de Nicaragua. No a nosotros, no a sus hijos, esto es del pueblo de Nicaragua”, acotó.
Era un hombre sencillo
Camilo es un orgullo de la música nicaragüense, un hombre con una sencillez y muy evasivo de ser enaltecido, quienes lo tuvieron de cerca jamás olvidarán al gran ser humano que era.
Irene López, maestra del folclor nicaragüense, señaló que trabajar a la par de don Camilo fue un gran honor y una satisfacción especial, y lo considera un icono para todo el pueblo de Nicaragua, “fue él quien me llevó por el camino de la danza”, resalta.
“Nos conocimos muy bien, era un tipo muy amable, muy tranquilo. Su forma de tratar era de lo mejor. Muy humilde y accesible para cualquier persona”, así lo recuerda Milsiades Poveda, intérprete del Son Nica.
Don Camilo recibió varios reconocimientos, muy merecidos, por su baluarte a la cultura nicaragüense, entre estos, la Orden de la Independencia Cultural de Rubén Darío y Orden Municipal Salvador Cardenal Argüello.
Ramón Rodríguez, director del Teatro Nacional Rubén Darío, mencionó que hablar de don Camilo es hablar de nuestra identidad y de nuestro rostro musical.
“El Son Nica es el rostro musical e identidad musical de nuestro pueblo. Así como los argentinos tienen el tango, los cubanos tienen el son cubano, nosotros tenemos nuestro Son Nica. Es nuestro rostro. Esas son las canciones que a través del tiempo nuestros compositores han venido dándole a nuestra música regional, a nuestra música vernácula, entonces ese es el gran mérito de don Camilo”, externó.
Más promoción de la música nicaragüense
Rodolfo hizo énfasis en que la obra de su padre y la música nicaragüense en general sea promovida entre los jóvenes y futuras generaciones. Para lo cual reconoció la labor realizada por el Buen Gobierno Sandinista en su primer periodo y ahora. Sin embargo, menciona que se necesita más impulso y orientación a la juventud especialmente hacia el aprecio de la música nacional.
“Yo pienso que los jóvenes está bien que bailen hip hop, break dance y toda esa música moderna”, Y agrega: “Pienso que los jóvenes deberían interesarse también por la música nicaragüense, por el Son Nica, por las composiciones de compositores nicaragüenses que son bellas, que son alegres, que son sabrosas, que se pueden bailar también como se bailan las otras. Se puede gozar aún mejor porque son nuestras”, acotó.
El 23 de junio de 2009 don Camilo dejó este mundo terrenal, pero su legado continúa. Y como lo expresa Wilmor en uno de sus escritos: “Zapata es la identidad hecha canto, arteria musical de la nación”.
Sin duda, Camilo Zapata, a lo largo de su vida fue un gran gestor de la música y del folclor nicaragüense y será recordado por su valioso aporte al país al darle su propia identidad cultural con el Son Nica, el cual, acompañado del sonido sonoro del zapateado, al compás de la música, continuará despertando emociones.