En un cementerio de Santa María de Pantasma, Jinotega, fue sepultado ayer lunes el nicaragüense Wilder Rafael Martínez, de 19 años de edad, quien fue asesinado durante una masacre perpetrada por el Cartel del Golfo, en México, el pasado mes de junio.
Wilder Martínez fue ametrallado junto a otras 14 personas por un grupo de criminales que anduvieron volando balas a diestra y siniestra desde varios vehículos en marcha en las calles de la ciudad de Reynosa, en el estado de Tamaulipas.
Luego de permanecer cinco meses en una morgue de México, la familia de Wilder finalmente logró reunir el dinero y cumplir algunos requisitos para poder repatriar el cuerpo y trasladarlo a su tierra natal para darle cristiana sepultura.
Wilder era originario de Wiwilí, Jinotega, y fue masacrado mientras estaba en la ciudad de Reynosa, en espera de poder pasar ilegalmente por las aguas del río Bravo, rumbo a Estados Unidos.