El 01 de septiembre de 1992, a las 8 de la noche, una ola que alcanzó entre 4 y 10 metros de altura destruyó grandes partes de la costa del Océano Pacífico de Nicaragua, tras ser causada por un terremoto muy fuerte registrado en el fondo del océano.
A causa del maremoto o tsunami, en nuestras costas murieron más de 170 personas, en la mayoría niños.
Debido a la falta de una red sísmica nacional, para ese entonces no hubo ningún preaviso aunque el terremoto había ocurrido 45 minutos antes de la llegada de la enorme ola a nuestras costas.
Las únicas dos estaciones sísmicas existentes en el país detectaron el terremoto, pero nadie estuvo presente en INETER para procesar la información.
De acuerdo con los archivos de INETER, para esa fecha tampoco existía un sistema de alerta, y la vieja estación mareo gráfica en Corinto sobrevivió el impacto de lo ola y la registró.
Ahora INETER ya ha desarrollado un sistema de alerta contra tsunami que utiliza componentes ya existentes, como la Red Sísmica de INETER y se comunica con el sistema de radiocomunicación del SINAPRED y la Defensa Civil de Nicaragua.
El sistema se basa en las informaciones de la red sísmica y de la estación sísmica de banda ancha. Si se detecta un terremoto fuerte en el mar, con una magnitud encima de 6.5 se emite una alerta a las autoridades del SINAPRED en Managua.
Después de haber detectado un terremoto en el mar la Central Sísmica se conecta vía línea telefónica con estaciones mareo gráficas automáticas en Corinto, Puerto Sandino y San Juan del Sur y comienza a vigilar el nivel del mar.
El SINAPRED, a través de la Defensa Civil, maneja un sistema de comunicación vía radio con las poblaciones en la costa del Pacífico, y en pocos minutos es posible alertar a la población sobre el peligro.
Para reforzar la protección de las familias nicaragüenses, el Gobierno sandinista, a través de distintas instituciones, realiza anualmente cuatro ejercicios de protección a la vida, con la participación masiva de la población.