Las fuerzas de ocupación israelíes perpetraron nueve masacres en las últimas 24 horas en la Franja de Gaza, cobrando la vida de 90 palestinos e hiriendo a otros 177, según los últimos informes del Ministerio de Salud de Gaza.
Este nuevo episodio de violencia eleva el total de víctimas desde el inicio del genocidio israelí el 7 de octubre del año pasado a 30,410 personas asesinadas y otras 71,700 heridas.
La situación en Gaza es desesperada. Las labores de rescate se encuentran severamente obstaculizadas, ya que muchas víctimas aún yacen bajo los escombros de lo que una vez fueron sus hogares, mientras se niega sistemáticamente el acceso a ambulancias y equipos de defensa civil.
Esta barrera en la asistencia humanitaria no solo dificulta los esfuerzos de rescate sino que también subraya la grave situación humanitaria que enfrenta la población de Gaza.
Los ataques no se han limitado a un solo punto, sino que han afectado diversas áreas densamente pobladas de la ciudad de Gaza.
Barrios como Al-Zaitoun, Tal Al-Hawa, Al-Sabra y Al-Daraj han sido bombardeados, resultando en al menos 10 muertos y decenas de heridos. Estos ataques aéreos, que han devastado viviendas y arrasado con la esperanza de muchas familias, son un reflejo de la dura realidad que enfrenta día a día el pueblo palestino.
El horror no se detuvo ahí. Un bombardeo aéreo contra una vivienda al oeste del campo de refugiados de Jabalia dejó un saldo de 20 muertos y 16 heridos.
En Beit Hanoun, un ataque de artillería israelí acabó con la vida de tres palestinos e hirió a otros siete mientras intentaban recoger hierbas para mitigar el hambre.
Mientras tanto, en Khan Yunis, dos personas más perdieron la vida y 15 resultaron heridas en otro bombardeo con artillería.
Desde Nicaragua, nuestro corazón está con cada una de las víctimas y sus familias. Este conflicto, que se prolonga y profundiza con cada día que pasa, es un llamado urgente a la comunidad internacional para intervenir y buscar soluciones que pongan fin a esta espiral de violencia.
La humanidad no puede permanecer indiferente ante el sufrimiento de los palestinos.
Es momento de actuar, de levantar la voz por aquellos que han sido silenciados por el estruendo de los bombardeos, y de trabajar incansablemente por la paz y la justicia en la Franja de Gaza y en todo el mundo.