La Policía Nacional presentó este viernes a los sujetos Claudio Benjamín Martínez y José Esteban Morales Martínez, quienes fueron puestos tras las rejas por haber asesinado a la pequeña comerciante Esther Damaris Martínez Alanís, de 34 años, en la comunidad Cuitanga Sur, del municipio de Chichigalpa, en Chinandega.
Tras recibir la denuncia del crimen al mediodía de ayer jueves 5 de enero, la Policía inició las investigaciones, en tanto el médico forense de Chinandega revisó el cuerpo y dictaminó como causa de muerte, asfixia mecánica por estrangulamiento.
Con sus indagaciones, las autoridades determinaron que el crimen fue perpetrado a eso de las cinco de la mañana de ayer jueves, en el sector conocido como La bomba, en Santa Fe, municipio de Chichigalpa.
En ese sitio, los delincuentes Claudio Benjamín Martínez y José Esteban Morales Martínez, alias “El Mono”, interceptaron en un cañaveral a Esther Damaris Martínez Alanís, la intimidaron con un cuchillo, la metieron a unos matorrales y la asesinaron entre ambos, asfixiándola con un mecate.
Luego de cometer el crimen, los delincuentes huyeron del lugar, siendo capturados posteriormente y se encuentran en manos de la Policía Nacional, que los pondrá a la orden de las autoridades competentes para ser procesados por el delito de asesinato.
Esther Damaris Martínez Alaníz, era una madre soltera originaria de la comarca Cuitanca Sur, localizada a unos 3 kilómetros y medio al oeste del centro de Chichigalpa, en Chinandega, donde los pobladores se encuentran indignados por el atroz asesinato.
Según versiones de los vecinos, el sujeto Claudio Martínez posaba en la vivienda de Esther Damaris, debido a que tenían parentesco familiar, y desde hacía mucho tiempo la acosaba, pero ella siempre lo rechazó.
Hace unos días, el sujeto le robó a Esther una buena cantidad de plátanos y un electrodoméstico, razón por la cual se fue de la casa el 25 de diciembre, y el miércoles 4 de enero, vecinos lo vieron en la vivienda.
La infortunada salió el jueves minutos después de las 5:00 de la mañana rumbo a sus labores de comerciante, y horas más tarde la encontraron muerta, boca abajo, y con signos de violencia en su cuerpo.
La joven dejó en la orfandad a dos niñas, de 10 y 8 años respectivamente.