La Serie Internacional de Béisbol entre Nicaragua y Puerto Rico registró sus mejores jugadas fuera del terreno. Desde que aterrizamos en el hermano país centroamericano el trato fue excelente en todos los aspectos. Las atenciones, cada detalle trabajado con precisión y el mejor de los ánimos para hacernos sentir como en casa.
Fuimos testigos del gigantesco amor de los nicaragüenses a nuestro astro Roberto Clemente. Los niños sonreían con emoción al saludar a los jugadores de nuestro Equipo Nacional, dirigido por Juan ‘Igor’ González. Un estadio de primer orden, a mi entender el mejor de Latinoamérica, listo para albergar cualquier evento de calibre internacional.
Cada sonrisa recibida, cada saludo caluroso nos reafirmaba que valió la pena aceptar la invitación. Nunca dudé, ni un solo minuto, al aceptar la petición de la hermana Federación Nicaragüense de Béisbol para participar del evento.
Pese a las presiones recibidas en y fuera de Puerto Rico, entendí era otra oportunidad para demostrarle al Mundo que el deporte es fuerza unificadora, instrumento de paz y hermandad. No comprendía porque algunos insistían en involucrarnos en asuntos políticos para intentar cancelar nuestros planes de viajar a Nicaragua. Somos deportistas, no políticos. Las divisiones y puntos de vista quedan a un lado en el terreno de juego. Al abrazar a un hermano nicaragüense no cuestionábamos cuál tendencia política respaldaba, mucho menos cuál era su partido de preferencia.
Los políticos son pasajeros en sus posiciones, el deporte siempre permanece. Medios de comunicación en Puerto Rico, analistas políticos y hasta funcionarios gubernamentales se prestaron para intentar intervenir en nuestra decisión. Me preguntaba cómo era posible que se atrevieran atentar con nuestra soberanía deportiva, que por décadas ha sido defendida y respetada por el pueblo puertorriqueño. Nos cuestionaban, criticaban con insistencia. La presión fue mayor de puertorriqueños y personas que no residen en Nicaragua. Fue irónico que dos de las figuras más vocales en rechazar el evento eran los mismos que abrazaban, visitaban y levantaban los brazos de los políticos nicaragüenses que ahora critican.
No fuimos a Nicaragua a participar de eventos políticos, ni a respaldar bandos. Cumplimos con la misión de fortalecer los lazos de amistad con el hermano país. Además, entendíamos era una excelente oportunidad para preparar a nuestro Equipo Nacional rumbo a los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Con satisfacción podemos decir que lo logramos.
Aseguraban que los fanáticos no respaldarían el evento. Sin embargo, cada noche se llenaron las gradas. Auguraban que el evento sería un fracaso. Se equivocaron.
Al final de cuentas, fueron más los que apoyaron nuestra presencia en Nicaragua. Nunca nos sentimos incómodos o rechazados en territorio nicaragüense. Todo lo contrario. Las muestras de agradecimiento y hermandad eran evidentes en cada lugar que visitábamos.
Gracias a la Federación Nicaragüense de Béisbol y su presidente, Nemesio Porras, por hacer posible este evento.
Extiendo mi agradecimiento a la presidenta del Comité Olímpico de Puerto Rico, Sara Rosario y a todos los compañeros presidentes federativos por respaldar la decisión de la Federación de Béisbol de viajar a Nicaragua.
Somos un mismo pueblo. Nos une el mismo idioma, el amor al béisbol y la admiración por Roberto Clemente. ¡Gracias Nicaragua!
Dr. José D. Quiles Rosas
Presidente Federación de Béisbol de Puerto Rico