Julio César Chávez trató de suicidarse, pero vio a Dios

Mexico's Julio Cesar Chavez, sings before his final bout May 22, 2004 at Plaza Monumental, the world's largest bull-fighting ring., in Mexico City. Julio Cesar Chavez ended his career with a victory Saturday night, outpointing old nemesis Frankie Randall. (AP Photo/Marco Ugarte)

El legendario campeón mexicano de boxeo, Julio César Chávez, vivió momentos de gloria en su carrea, pero también tocó las llamas del infierno.

En una entrevista exclusiva con Telemundo/NBC Deportes , el pugilista que más defensas de títulos mundiales ha hecho en la historia del deporte de los puños, revela su intento de suicidio, habla sobre su adicción a las drogas y el derroche que lo llevó a perder millones de dólares.

Aquí te presentamos extractos de la entrevista a Julio César Chávez.

¿Cuál era tu sueño de chiquito, cuál era tu ilusión?

Cuando entré al boxeo, definitivamente se convirtió en mi sueño el ser campeón del mundo. Yo le decía a mi mamá antes de entrar al boxeo y veía a mis hermanos, yo agarraba a mi mamá de los pies y le decía: ‘mamá, cuándo yo sea campeón del mundo yo le voy a hacer su casa, la voy a sacar de lavar y planchar ajeno’ y mi mamá me agarraba la cabeza y me decía: ‘ay hijo’, así como diciendo, estás tonto. ‘¿Tú cuando vas a ser campeón del mundo,  pues nunca, no?’  Pero gracias a Dios le cumplí ese sueño de hacerle la casa a mi mamá porque se la hice antes ser campeón del mundo.

El dinero jala amigos, ¿recuerdas ese día en que cometiste el error?

Sí, claro que lo recuerdo, lo tengo bien grabado. Fue después de la pelea de “Macho” Camacho, ahí cometí la estupidez de probar la cocaína por primera vez y ahí fue mi infierno, ya no pude darle vuelta para atrás.

Me arrepentí, lógicamente ese día después de probarla porque me sentía mal, era una sustancia que no había entrado antes a mi cuerpo, una sustancia que no conocía, que no sabía el daño que hacía. Una sustancia progresiva y mortal que te va arrastrando poco a poco y así me fue arrastrando a mí y pensé que podía controlarla, que podía solo, pero no.

¿Cómo fue esa noche después de la pelea de ‘Macho’ Camacho en Las Vegas?

Festejé muchas veces, fíjate que ya me habían ofrecido antes y yo no había querido. Pero esa noche fue algo, tal vez euforia, esa noche se paralizó todo México por la pelea, fue algo increíble, me llamó el presidente de la república, y de ahí empezó todo.

¿Cómo te fuiste degradando?

Yo siempre soñé con ser campeón del mundo, con tener casas, terrenos, yates, con tener todo lo que un ser humano pueda soñar. Y todo lo tuve. No podía dar un paso porque tenía mucha gente siguiéndome, dormía la gente fuera de mi casa, acosándome, era algo insólito lo que me estaba pasando y me sentía solo y vacío. Y lo que busqué fue lo más tonto y estúpido que fue la droga, una sustancia que me hacía evadir todas las responsabilidades que yo tenía encima.

¿En qué momento acudías a la droga y qué pasaba después?

Lo hacía inconscientemente para evadir que yo tenía que atender a la gente, a mis hijos, a mi esposa. Y es algo que te va arrastrando poco a poco, y cuando menos piensas, ya estás adentro y luego para salir es sumamente difícil. Y luego van llegando todos los problemas. Con mi esposa la empecé a tratar mal, me demandaron. Todo se me vino encima.

¿Cuéntanos tu peor noche, tu peor infierno?

Mi peor infierno fueron todos los días. Me demandó mi esposa porque la trataba mal por drogadicto, eso me dolió mucho. Tuve problemas con la Secretaría de Hacienda, me demandó Don King, tenía el codo podrido. Fueron momentos muy difíciles, muy tristes de verdad, donde estuve a punto de quitarme la vida. (Respira y dice), pero sí me arrepiento de verdad.

¿En qué momento decides que quieres quitarte la vida?

Cuando mi esposa me demandó, cuando Hacienda me quiso meter en la cárcel, me dije: ‘a dónde voy, qué hice’ y traté de quitarme la vida con una pistola en Culiacán. Le jalé dos veces y a la tercera le jalé y mi cuñado metió el dedo y la bala salió para el techo.

¿Te salvó la vida?

Sí.

¿Y en ese momento viste algo que no habías visto antes?

En ese momento vi a Dios, miré al cielo y estaba la figura de Dios. Todos mis trabajadores vinieron y se hincaron conmigo y lloramos todos.

Cuando ves a Dios, ¿qué decides en ese momento?

Dejé las drogas pero por un «ratico», fue el momento nada más, pero después seguí drogándome.

Con toda la fama y el dinero empiezan las amistades con el narcotráfico, ¿cómo fue esa parte de tu vida?

Fíjate que gracias a Dios nunca estuve metido en el narcotráfico. Lo dije una vez y lo vuelvo a decir, conozco a todos los narcotraficantes, a todos por igual, desde el más pequeño hasta el más alto.

¿Cuál es la compra más tonta que hiciste?

Comprarme un Lamborghini de 350 mil dólares, un yate de un millón de dólares, me gastaba dos millones de dólares en dos meses. En ropa, en regalar, en todo. Me iba a Las vegas en mi avión privado, me gastaba un millón de dólares en dos semanas, creo que eso, tres millones de dólares en mi avión privado que lo tuve por 12 años e iba a todas partes con él.

¿Háblanos de tu hijo Julio César Chávez Jr?

Yo siento que Julio, y no porque sea mi hijo, pero él va ser campeón cuando él quiera, siempre y cuando haga las cosas bien, con disciplina, con esfuerzo, con dedicación. Porque tiene todo, todo está en él, pero me da coraje que no haga las cosas como tiene que ser. Eso sí es lo único que le reprocho, a su manera no me gusta. Julio tiene muchas facultades, y te lo digo como analista, es falta de disciplina, pero sí tiene para ser campeón del mundo de nuevo. Y yo tengo unos hijos muy nobles, pero tienen que tropezarse para que entiendan. Sufro más verlos en el ring que cuando yo peleaba porque sé de la capacidad de ellos y sé que pueden dar mucho más. Creo que si Julio hace las cosas bien va a llegar muy lejos.

¿Quién es Julio César Chávez?

Soy una persona común y corriente, con sus virtudes y sus defectos. Una persona que sufre y también goza de los momentos bonitos. Una persona normal como cualquiera.

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