Este sábado a las 2 pm (Hora de Nicaragua) se jugará la final de la Copa Libertadores entre el River Plate de Argentina y el Flamengo de Brasil.
El partido se realizará en el estadio Monumental de la ciudad de Lima, en Perú, y la seguridad antes, durante y después del encuentro estará a cargos de varios helicópteros, drones y 4 mil efectivos de policía.
“La seguridad para la final de la Libertadores está totalmente garantizada”, dijo el coronel Herbert Ramos, jefe de la región policial Lima.
Ramos indicó que la policía está en alerta máxima para evitar actos de violencia en los desplazamientos de los más de 20 mil hinchas, entre argentinos y brasileños, que se estima llegarán a la capital peruana para asistir al Monumental, el cual tiene una capacidad para 80 mil aficionados.
La ciudad de Lima recibirá la primera final única en la historia desde la creación de la Libertadores en 1960.
El día del partido, el sábado 23, la policía movilizara hasta 10 mil efectivos debido a que Lima acogerá además a un concierto de salsa, un festival de rock y una marcha contra la violencia a la mujer, mencionaron los diarios de ese país.
Los hinchas que ocasionen disturbios o atenten contra locales públicos serán detenidos y se someterán a las leyes de Perú, advirtió Ramos.
La violencia en los estadios de fútbol ha sido normal en Perú en los últimos años, con enfrentamientos sangrientos en calles y estadios, entre barras bravas de los equipos más populares del país.
El pasado 7 de noviembre, dos jóvenes murieron en Lima tras una balacera entre hinchas violentos de los clubes Alianza y Universitario.
La Conmebol envió a las autoridades peruanas los nombres de mil 500 miembros de la barra brava del brasileño Flamengo para impedir su asistencia a la final.
Los ciudadanos brasileños fueron sancionados por el máximo ente rector del fútbol en la región por haber realizado actos de violencia durante un evento deportivo, indicó un comunicado de Migraciones, sin precisar a qué hecho se refiere.