Tras unos días de angustia, se mostró muy ilusionado y ansioso por la noticia que le dieron desde el hospital en el que se encuentra internado su hijo. En un comunicado que hizo público en Facebook, aseguró que podrá volver a jugar al fútbol.
El defensor de 31 años fue el último en llegar al hospital, con síntomas de hipotermia y varias fracturas expuestas, después de haber pasado horas debajo del fuselaje del avión y casi enterrado en el barro.
«Buenas noches. Vengo a informar con mucha satisfacción y felicidad que mi hijo está cada vez mejor. Acaban de hacerle cirugía en la pierna y los médicos dicen que volverá al fútbol. Agradezco las oraciones y sigamos con ellas porque todavía necesitamos confirmaciones y alta para poder verlo de cerca, y tengo que dominar mi ansiedad, que es mucha», aseguró el padre del futbolista.
Hélio Neto logró pasar con éxito dos tomografías, de cerebro y de tórax. Guillermo Leon Molina, director de la clínica San Juan de Dios, en el municipio de La Ceja, explicó: «Llegó con múltiples traumatismos y está con asistencia respiratoria mecánica. Pero si no tiene ningún daño neurológico, podrá volver a jugar al fútbol».
El oriundo de Río de Janeiro podría ser el único de los deportistas sobrevivientes que podrá volver a las canchas si así lo desea.
Los médicos de la Confederación Brasileña de Fútbol y los del Chapeconense quieren trasladarlo a una clínica en San Vicente, municipio de Brasil, junto con los otros sobrevivientes.
Sin embargo, Alan Ruschel y Jackson Follman, los otros dos futbolistas vivos, se encuentran en una situación más delicada. El lateral fue trasladado a un centro de mayor complejidad tras haber sufrido una fractura de columna que, al parecer, no compromete la movilidad.
El arquero, en cambio, fue el que se llevó la peor parte, ya que tuvieron que amputarle la pierna derecha para salvarle la vida. Finalmente, no fue necesario intervenirle su pie izquierdo.