Es bastante sencillo deducir que tras un nueve a uno, las veces que llegó el Granada a la portería del Real Madrid fueron muy pocas. Hubo uno que otro jugador arriesgado que tuvo la valentía de disparar al arco que defendía Iker Casillas. Lo cierto es que uno de esos atrevidos tiros golpeó a un hincha.
Un pequeño niño fue víctima de un terrible pelotazo y el capitán merengue, fiel a su caballerosidad, vio al chico y pidió ayuda. El criticado Casillas estuvo pendiente del trato que recibía el jovencito.
Al finalizar el partido el flamante portero de la selección española le regaló su camiseta al niño y en imagines del Diario La Sexta, se observe la felicidad del niño, pese al pelotazo. Ese tipo de acciones engradecen el nombre de Casillas, quien sin duda por esto y su calidad pasará a la historia del fútbol moderno.