“Estoy esperando a un hombre con el que sienta una conexión para que la experiencia pueda ser especial para los dos”, dice.
Cuenta que vio un anuncio en Facebook y fue cuando dijo ‘wow´. Ahí vio una oportunidad para solucionar sus problemas.
Stone le pidió ayuda al magnate de los prostíbulos Dennis Hof, dueño de siete burdeles legales en Nevada.
Hof, quien dice le llegan entre dos y tres solicitudes similares a la semana, acordó vender el servicio de una sola vez de Stone con la condición de que él ganará el 50% de las ganancias de la oferta final.
Stone empacó maletas y dejó su hogar por primera vez para vivir en el burdel de Hof, pero no para tener intimidad.
La mujer está “contratada por Dennis Hof para legalmente proveer servicios para caballeros que están buscando experiencias” diferentes a las relaciones.
Katherine asegura que «lo estoy haciendo porque amo a mi familia».