El director para Latinoamérica del Ministerio de Exteriores de Rusia, Alexander Schetinin, aseguró en una entrevista a la cadena RT que el intento de Golpe de Estado sufrido en Nicaragua es una de las llamadas revoluciones amarillas.
“Vemos claramente lo que llamamos las Revoluciones amarillas, las revoluciones de color. La situación surgió a raíz de una decisión aprobada por el Gobierno de Nicaragua en el plano económico social y a decir verdad en cualquier sociedad pueden surgir diferencias o decisiones con respecto a la justicia de una u otra medida económica”, refirió.
El diplomático aseguro que la transformación de la exigencia en las calles cambió demasiado rápido.
“Lo que nos llamó la atención es que el giro de demandas económicas a demandas políticas se produjo en un día. Eso quiere decir que todo fue preparado y de hecho este brote de la inestabilidad interna de Nicaragua fue un hecho preparado desde hace mucho tiempo”, dijo.
Al mismo tiempo, refirió que la resolución del conflicto corresponde a los mismos nicaragüenses y por lo tanto no representa un riesgo para los demás países en el mundo.
“Nosotros no pensamos que la situación en Nicaragua es una amenaza a la paz y seguridad internacional. Desde este punto de vista nosotros no pensamos que es pertinente llevar el asunto a la agenda del Consejo de Seguridad de la ONU que tiene un mandato bien definido de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas. La situación en Nicaragua es una esfera que también es facultad de los propios nicaragüenses, del Gobierno, de las fuerzas que no están de acuerdo con las medidas aprobadas, pero que sean fuerzas razonables, que sean fuerzas no apegadas a los métodos de violencia, de solucionar sus diferencias de conformidad con los principios democráticos, consagrados en la Constitución y en los documentos legales, legislativos aprobados en su momento en éste país”, afirmó.