Caraceña murió con la esperanza de lograr un trasplante de corazón

Mientras que el multimillonario David Rockefeller celebró hace una semana haberse cambiado el corazón por sexta vez a sus 99 años, la humilde caraceña Vilma Flores Mayorga, de 38 años, murió este martes en la mañana esperando quien le donara uno.

Doña Vilma Flores sufría de taquicardia reactiva, una enfermedad con la que  aumentan las palpitaciones generando asfixia y desmayos, por lo cual la única salida para salvarle la vida era realizarle un trasplante de corazón.

Este martes, luego de regresar de practicarse unos exámenes, doña Vilma convulsionó y luego expiró silenciosamente en los brazos de su hija María Marcela Rivera Flores, de 20 años, quien con todo su amor había buscado ayuda por diferentes medios para tratar de salvar a su progenitora.

Sus familiares lamentaron su muerte, pero a la vez agradecieron a todas aquellas personas que apoyaron a doña Vilma, a los médicos del hospital San José, de Diriamba y a los del hospital regional Santiago de Jinotepe, que le brindaron muy buena atención.

Los funerales de doña Vilma fueron realizados este miércoles en el cementerio Viejo de Diriamba.

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